OH MANOS, CARAS MANOS…

DE MARIO RAPISARDI


Oh manos, caras manos, que cerrasteis
Los ojos de mi madre; manos tiernas,
Manos piadosas que su helado cuerpo
Ungisteis con esencias;

Manos que amortajasteis su cadáver
y por la angustia trémulas
Ayudasteis, en hora de amargura,
En su ataúd a colocarlo; bellas
y amadas manos que en aciaga noche.


De horror y de tinieblas
Enjugasteis el llanto de mis ojos;
Manos suaves, blandas como seda,
Manos de dedos pálidos y finos,
Pálidas manos de color de cera.

Que sus últimos besos recibisteis
y el calor de sus lágrimas postreras:
Levemente pasad sobre mis párpados
En esta noche de mortal tristeza.
¡Posaos en mis párpados sin sueño
Para que al menos una hora duerma,
En el dolor sin nombre de mi alma.
Soñando viva a la que lloro muerta!


Ismael Enrique Arciniegas