EL BAÑO DE LAS NINFAS

TRADUCCIÓN DE JOSÉ-MARIA DE HEREDIA

Es un agreste valle, cerca del mar Euxino.
Sobre un azul remanso tiende un laurel sus frondas.
La Ninfa, asida a un gajo, se inclina hacia las ondas,
Y el pie moja en el agua del raudal cristalino.

Sus compañeras, rápidas, en impudor divino
En la corriente se hunden, y aparecen, redondas
Formas en las espumas, y cabelleras blondas,
Un muslo, níveos brazos, o un seno alabastrino.

Alegría divina del bosque se levanta.
Iluminan la sombra dos ojos encendidos.
¡El Sátiro que llega!… Su risa las espanta;

Y huyen… De azul crepúsculo bajo radiante velo…
Así, cuando se oyen de un cuervo los graznidos,
Los Cisnes del Caístro tienden el raudo vuelo.

Ismael Enrique Arciniegas