EL AURIGA

Quien la cuádruple rienda, entre el fulgor del día,

Con una mano lleva, junto al timón, erguido

Tras sus negros caballos, y un látigo pulido

Lande en la otra, un carro mejor que castor guía.

Hijo de padre ilustre, y más él todavía…

Mas parte al rojo término por él ya conocido,

El gran circo dejando de rivales tendido,

Al autocrátor caro, por su alta nombradía.

Hacia la palma y meta, y en vértigo aclamado,

Vencedor siete veces , en la arena ha girado.

Salud, hijo del Calcas el Azul en su gloria

Y has de ver, si tus ojos sombra mortal no vela,

Entre la apoteosis do su ígneo carro vuela,

Para unirse a profirió, volar a la victoria

Ismael Enrique Arciniegas