A Raimundo Rivas
Era el día ritual. Vibró en la orilla
De la laguna musical concierto.
El campo todo semejaba huerto;
Y doblegó la tribu la rodilla.
Sobre andas el Cacique, en áurea silla,
De polvo de oro apareció cubierto:
Ante el alba, en el bosque ya despierto
Por trinos de aves, como un ascua brilla.
Relincho de un corcel se oyó distante:
La invasión que llegaba. En ese instante
Subía un canto virginal en coro;
Y cuando el sol despedazó la bruma,
Saltó el Cacique a la dormida espuma
¡Y se abrió el agua en remolino de oro!
Ismael Enrique Arciniegas

