EL CABRITO MÁS BLANCO…

El cabrito más blanco y el más bello
Trajo, alegre y feliz, de la alquería,
Y una cintita azul le puso al cuello:
Con él en todas partes se veía.

Vagaba en el salón y junto al piano,
Y separarla de él, empresa vana.
De comer siempre dábale en la mano;
Hoy, cinta azul, de otro color mañana.

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Ya más no juega. Pálida, en su lecho…
Fulgor extraño en sus pupilas arde;
Las manos llevan con angustia al pecho…
Y para siempre se durmió una tarde.

Triste la casa está. ¡Luz que se apaga,
Noche que enluta celestial aurora!…
Y balando el cabrito inquieto vaga,
Y parece, buscándola, que llora.

Ismael Enrique Arciniegas